Capítulo 89

—Te lo diré directamente: ya tengo cinco recetas para tratar la hipertensión guardadas en la caja fuerte de mi casa. No pienses que, solo porque tienes una receta, puedes pedir un precio exorbitante. Espero que propongas algo razonable. ¿Cinco recetas? Braulio estaba sorprendido. Poseía cinco recetas efectivas para tratar la hipertensión y no las había explotado; en cambio, invertía en recetas ineficaces. Parecía dispuesto a hacer cualquier cosa por dinero. Braulio tenía claro que no negociaría su receta con Julián: —No importa cuánto ofrezcas, no estoy interesado en venderla. Julián, recuperando la calma, argumentó: —No seas tan categórico; no hay nada en este mundo que no se pueda vender. Si no se vende, es porque el precio aún no es suficiente. Eres conductor, supongo que la situación económica de tu familia no es la mejor. Por eso te ofrezco setecientos mil dólares, con eso podrías transformar tu vida. Podrías adquirir el coche que desees, un teléfono nuevo, incluso una casa, y viv