Capítulo 321
¿Hay cama?
Braulio no tenía intención de hacerlo, pero de repente sintió una fuerte atracción.
Había pasado ya tanto tiempo sin estar con una mujer.
Su corazón comenzó a desearlo.
Su mirada recorrió el cuerpo de Silvia, observando sus labios carnosos, su busto prominente, sus muslos blancos como la nieve.
Y esa expresión tímida, como si fuera un pequeño conejito atrapado por un lobo.
Era como si lo estuviera incitando.
—Ya que tú me has invitado, puedo complacerte un poco.
¿...?
Silvia, por dentro, maldijo. Este pervertido, ¡fue él quien la dejó quedarse!
Pero al escuchar esas palabras.
Parecía como si fuera ella la que hubiera tomado la iniciativa.
¡Qué descarado!
Este tipo de hombres... son como bestias.
Pero no podía rechazarlo, ni expresar su descontento.
—Ven conmigo.
Dicho esto, se dio la vuelta y comenzó a caminar hacia el interior de la casa.
Braulio permaneció en el mismo lugar, parado. En su corazón estaba Mónica, y había dejado a Silvia allí no p
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