Capítulo 31

No había pensado en todo esto antes, pero las palabras de Mario parecieron accionar un interruptor en mi memoria, y aquellos recuerdos comenzaron a reproducirse en mi mente como una vieja película. —¿Qué hizo? ¿Puedes contárselo a tu hermano mayor?—me preguntó Mario con cautela, mientras yo permanecía en silencio. Si no lo decía, ellos se quedarían con la duda, Alejandro pensaría que estaba siendo caprichosa, y cuando volviera en unos días, José y María también me preguntarían. La manera más sencilla de evitar enfrentar esto en el futuro era decirlo ahora. —Está teniendo una aventura con otra mujer,—dije, haciendo que Mario quedara en silencio al instante. Sabía que probablemente no lo creía, así que añadí:—Es con la esposa de su hermano. Incluso tus padres también han oído los rumores. Mario no dijo nada más. Me reí un poco,—Ya lo sabes, ¿verdad? No hay secretos que no se descubran, y ahora que Alejandro y yo no nos casaremos, sus padres seguramente se lo preguntarían y lo investigar