Capítulo 314
Los ojos de Adrián se contrajeron bruscamente y, de repente, yo también lo agarré: —¿En serio?
—¿Por qué piensas eso? —me preguntó a cambio.
Estaba a punto de decirle que María lo había mencionado, cuando de repente se oyó a lo lejos la voz de Silvia llamándome: —Cuñada, tu teléfono no para de sonar.
Ella hablaba mientras corría hacia nosotros, pero su corazón es débil y no debería correr.
—Está bien, ya voy. —Dije mientras me levantaba de las piernas de Adrián y corría hacia Silvia.
Era María quien había llamado varias veces; al parecer, tenía algo urgente que decirme.
—María. —Contesté el teléfono.
—Carmi, ¿por qué no contestabas el teléfono? ¿Ha pasado algo? —María preguntó con nerviosismo.
—No, no tenía el móvil conmigo.
María suspiró aliviada: —No contestabas y me puse a pensar de todo.
—La próxima vez lo llevaré conmigo. —Prometí obediente, y luego le pregunté: —¿Me necesitabas para algo?
—Estoy a punto de enloquecer. —La voz de María estaba llena de ira.
Sonreí levemente: —¿Quié
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