Capítulo 28
Venturis.
Tomé el tren de alta velocidad durante cuatro horas para llegar aquí.
Era justo al anochecer.
Aunque no es tan bulliciosa como la Ciudad Luz, las luces brillan intensamente, irradiando el romanticismo de una pequeña ciudad.
La llamada de Ana llegó justo a tiempo.—¿Has llegado? ¿Ya encontraste un lugar donde quedarte?
No esperaba que me fuera tan de prisa. Cuando me preguntó a dónde iba, le di la dirección y también la hora de salida del tren.
En ese momento, me preguntó si me iba tan rápido para evitar a Alejandro, por miedo a que me acosara.
Le dije que estaba equivocada, Alejandro no lo haría.
Ahora debe estar enojado, enojado porque rompí mi promesa, enojado porque no lo obedecí.
Y parece que tenía razón, ya que después de preguntarme por qué no fui a recoger el certificado, no me ha enviado ni un mensaje ni me ha llamado.
Vine aquí tan rápido porque hacía tiempo que quería venir, y también porque quería evitar el acoso, pero no el de Alejandro, sino el de José y María.
El
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