Capítulo 108
Recompensa con un caramelo, ¿acaso me toma por un niño?
Estaba a punto de decirle que era infantil, pero ya había colocado el caramelo en mi mano y se fue a buscar agua para beber, llevándose también mi vaso de agua.
Adrián se sentó en la silla de descanso y palmeó el asiento junto a él, diciendo: —Descansa un poco.
¿Descansar yo?
Si en este rato no he hecho nada, parece que solo me he ocupado de asuntos personales.
Pero como Adrián se sentó, me vi obligada a hacerlo también; sin él, creo que no podría avanzar en nada.
Fue entonces cuando me di cuenta de que él estaba tomando el control.
—Fuiste muy brusca recién —comentó Adrián.
Tomé un sorbo de agua y pregunté: —¿Lo fui?
—Sí, fue aterrador —sus palabras me hicieron girar la cabeza hacia él.
Él asintió: —De verdad.
No sé por qué, pero él tenía una ternura y un encanto indescriptibles.
Este aspecto de militar tan apuesto y decidido me causaba una impresión extraña, y sin pensarlo, le pregunté: —Adrián, ¿cuántos años tienes?
Mi intenci
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