Capítulo 75

—¿Qué pretendes hacer ahora? —Silvia se tensó de repente y se giró, mirándolo con completa desconfianza. Diego la miró, con una expresión serena: —No pretendo nada al respecto, solo quiero charlar un poco más sobre cosas cotidianas. Las manos de Silvia se apretaron poco a poco, sus uñas se clavaron con rabia en la palma de su mano, reabriendo una herida anterior y haciéndole brotar sangre. A pesar del dolor evidente. Parecía no sentirlo. —Fue ella quien dijo una sarta de estupideces frente a mí, por eso reaccioné de la manera en la cual lo hice. —Silvia no quería que su trabajo y vida personal se vieran perturbados de nuevo por él, por lo que intentó explicarse manteniendo la calma. Diego respondió pausado: —Cuando te defendía, ¿alguna vez me viste discutir con razón con alguien? Una simple frase como esa desbarató toda la defensa que Silvia había preparado. La luz de la calle iluminó claramente su rostro, pero detrás de ella, su vida futura parecía sumirse por completo en la oscuridad