Capítulo 92 ¿Por qué no volver a casa?

Quizás esa noche Daniela se sentía algo irritada, incapaz de liberar o soportar esa sensación, estaba sumamente incómoda, todo su ser se resistía y no quería interactuar con José. Ella pidió que Lidia condujera su auto para irse, ya que si hubiera conducido el coche que José le había dado, se enfrentaría a él, disminuyendo claramente su autoridad. En realidad, no era que quisiera determinar quién tenía la razón en este asunto, simplemente sentía que tenía el derecho de evitarlo. Lidia, algo asustada, tardó varios intentos en insertar la llave en la cerradura del auto: —¿Mi auto puede superar al suyo? ¿Estás bromeando? Es como comparar un guepardo con un perro, ¿entiendes? No, mi coche ni siquiera es un perro, más bien sería un conejo. Daniela no quería hablar, simplemente agitó la mano para indicarle que arrancara de inmediato. Lidia aceleró con todas sus fuerzas, y antes de llegar al primer kilómetro, José los interceptó, obligándolos a detenerse en el borde de la carretera. Ella, asu