Capítulo 69 Rápida como el viento
—¿Por qué crees que se encerró en un cuarto de desechos abandonado?
—Porque no pensó bien las cosas.
—Aunque parece astuta, en realidad le falta agudeza.
—Estoy de acuerdo contigo.
Daniela recién despertaba y escuchó la conversación entre José y Emilio a su lado; captó claramente a José diciendo que no había pensado bien las cosas...
Aún se sentía mareada, con los párpados pesados, pero su mente estaba clara y su oído, agudo. El ambiente olía al familiar desinfectante; estaba en un hospital, había sido rescatada.
Respiró hondo, un gesto que Emilio notó de inmediato: —Eh, ya despertó, ven, déjame ver.
Daniela abrió los ojos y con un manotazo apartó la mano que Emilio extendía hacia ella: —Estoy bien, realmente bien.
Emilio reprimió una risa: —¿Oíste nuestra conversación? Solo decíamos la verdad. Vamos, cuéntanos, ¿cómo terminaste encerrándote allí? Si José no hubiera vuelto a casa y se hubiera dado cuenta de tu ausencia, o si hubiera trabajado un poco más tarde, habrías corrido un gran
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