Capítulo 84

—Carlos, escuché que tienes una nueva novia. ¿Por qué no la has traído para que la conozcamos? Federico Ortega se acercó con una mujer de maquillaje recargado en un brazo y una estudiante de apariencia inocente en el otro. Federico era miembro de una de las cuatro grandes familias, la familia Ortega, conocido en la alta sociedad por su reputación de mujeriego, cambiando de pareja como de ropa. En el pasado, Héctor Ortega lo había enviado al ejército para que se endureciera, pero después de tres años, salió y se dedicó a los negocios. Fue en ese entonces que se conocieron. —Aparta, hueles mal. —Carlos frunció ligeramente el ceño; no le gustaba el olor a perfume barato que emanaban las mujeres. Federico sabía que Carlos tenía manías de limpieza, y con un sonido de desdén, respondió: —Siempre tan quisquilloso. ¿Qué clase de joya debe ser esa novia tuya? Mientras hablaba, hizo un gesto con la mano, indicando a las dos mujeres que se alejaran. —¡Ni siquiera la has conquistado todavía! —J