Capítulo 84
Las conjeturas de Paula eran increíblemente precisas, aterradoramente precisas.
—No escaparon juntas, lo que significa que dejaste a Ángeles atrás para salvar tu propia vida, ¿verdad? Si es así, ¿acaso no es lo mismo traicionar una vez que hacerlo dos veces?
—Lucía, debes pensar más en ti misma si no deseas dañar tu reputación y si quieres que tu madre siga viva. Por lo tanto, obedece sin rechistar, no intentes desafiarme ni pongas a prueba mi paciencia.
Tras estas palabras, Paula extendió su mano de nuevo: —Lo diré por última vez, ¡entrégame el objeto!
Lucía cerró los ojos y, resignada, entregó el pequeño frasco que había estado apretando en su mano, diciendo con voz ronca: —Aquí tienes el objeto, ¿puedo ir a ver a mi madre ahora?
—Puedes. —Paula miró a Lucía con una expresión que mezclaba compasión y burla, satisfecha mientras tomaba el pequeño frasco y se alejaba.
En ese instante, Lucía no entendía por qué Paula la miraba de esa manera, pero al llegar finalmente al sanatorio, lo com
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