Capítulo 578
Ángeles preguntó una vez más, pero recibió de nuevo la misma respuesta. Miró hacia el otro lado del aeropuerto, donde los aviones despegaban uno tras otro, pero los vuelos hacia Solerana estaban todos suspendidos.
Esto era muy extraño.
Bárbara tocó suavemente el brazo de Ángeles y le preguntó con cierta curiosidad: —Parece que nos han puesto en la mira, Jefecilla, ¿qué hacemos ahora?
—Claro, ahora hay que hacer que el dinero haga su trabajo —respondió con altivez Ángeles, tocando su celular unas cuantas veces.
Bárbara solo vio que abrió un sitio web, buscó a alguien de inmediato y luego un hombre vestido con traje llegó corriendo.
—¿Es usted la señorita Ángeles? El avión privado ya está listo, el auto la está esperando afuera. Por favor, acompáñenos enseguida, señoras.
El hombre sonrió y dijo, con una astucia que rozaba la adulación, luego avanzó un largo paso y las guió con gran respeto.
Ángeles guardó el celular y empezó a caminar hacia adelante.
Bárbara soltó un "tch" de sorpresa. C

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