Capítulo 577
Ángeles levantó con precaución una ceja, sin mostrar sorpresa alguna.
Dado el desprecio y enojo de Lourdes hacia ella, era muy probable que el medicamento que envió hubiera sido desechado o destruido. Ángeles lo había sospechado desde el principio, así que la confirmación de Aureliano la verdad no le sorprendió en lo absoluto.
—Te has esforzado demasiado. Te daré un día libre, ve y descansa.
Mientras hablaba, continuaba seleccionando hierbas.
Ya había retirado su mano, pero apesumbrado Aureliano no se atrevía a levantar la vista: —Jefe...
—¿Qué pasa?
—La señorita Lourdes destruyó tu buen gesto, es realmente una ingrata —dijo Aureliano, levantando la mirada, su rostro y cuello estaban rojos de indignación, y cuanto más lo pensaba, más enojado él se sentía.
Ángeles pareció indiferente: —Ella pagó por la consulta, una suma considerable de dinero. Yo solo cumplí mi promesa y le envié el medicamento. Si lo quiere o no, eso ya es asunto suyo.
Aureliano murmuró en voz baja: —¿Y qué si pagó po

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