Capítulo 486
En el vuelo de regreso a Ciudad de la Luz de la Luna, Hugo no dejaba de murmurar, mientras Ángeles, recostada en su asiento con los ojos cerrados, parecía dormida.
Hugo, rascándose la cabeza y captando la indirecta, optó por guardar silencio. Sin embargo, en ese momento, Ángeles abrió los ojos y preguntó: —¿Hay noticias de tu señor Vicente?
—No.
—Oh.
Ángeles abrió los ojos completamente. La última vez que Vicente la había llamado fue hace tres días, advirtiéndole que no tenía señal antes de que se cortara la comunicación.
Ángeles también había intentado llamar a Vicente un par de veces sin éxito, las llamadas no se conectaban.
Ya casi habían pasado diez días desde su partida, ¿habría ocurrido algo?
Observando el paisaje desde el avión, notó que ya estaban sobrevolando Ciudad de la Luz de la Luna. Pronto aterrizarían y desde las alturas se podían ver las luces serpenteantes en el suelo, brillando como estrellas.
Hugo, intentando reconfortarla, comentó: —Señora Pérez, no se preocupe,

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