Capítulo 353
Sin embargo, Ángeles claramente seguía subestimando el grosor de la piel de Marco.
A simple vista, parecía ser un hombre refinado, de modales impecables, con la apariencia de un perfecto caballero. Su conducta y comportamiento siempre eran tan corteses que no dejaban margen para críticas.
Pero, en realidad, las personas siempre tienen múltiples facetas.
No solo Marco no se fue, sino que, con toda desfachatez, siguió a Ángeles hasta el almacén de hierbas medicinales. Aureliano, intentando por todos los medios despedirlo, se encontró sin recursos y, por supuesto, no se atrevió a usar métodos más drásticos. Solo pudo quedarse resignado a un lado, vigilante.
Ángeles continuó concentrada, mezclando los polvos medicinales frente a ella.
Marco observó atento las sustancias de colores rojo, amarillo, azul y verde con curiosidad, sin evitar extender la mano para tomar un poco y olerlo. Preguntó: —Qué olor tan peculiar... ¿Qué es esto?
—Veneno. Toque Mortal.
Ángeles respondió con u
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