Capítulo 21
En el coche de regreso a la Clínica de la Benevolencia, todos podían ver la emoción en Gonzalo, como si hubiera ganado un gran premio; su comportamiento irradiaba orgullo.
Los maestros que viajaban con él se miraban entre sí, todos curiosos por saber qué había sucedido en esa mansión para hacerlo tan feliz.
No fue hasta que Gonzalo empezó a relatar lo sucedido que todos exclamaron asombrados.
—¿Acupuntura de los Cinco Elementos? Gonzalo, ¿estás seguro de que no te equivocas?
—Imposible, ¡esa técnica se perdió hace tiempo! El libro médico que contenía la Acupuntura de los Cinco Elementos fue destruido; ¡ya no existe!
—¡Exactamente, Gonzalo, podrías haberte equivocado!
...
—¡No me equivoqué! Acupuntura de los Cinco Elementos, guiando el veneno a través de los meridianos. No estoy senil; ¿cómo no voy a reconocerla? —Gonzalo refutó, señalando sus ojos con certeza: —¡Tengo una vista aguda, lo vi con mis propios ojos!
Las voces de duda se atenuaron.
Miradas de incredulidad iban y venían haci
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