Capítulo 158
Oscar palideció de rabia. Como heredero de la familia Aguilar, siempre había vivido rodeado de guardaespaldas, con chofer a su disposición, y en ocasiones especiales, hasta viajaba en jet privado.
Había llevado una vida de lujos y privilegios, ¿cuándo en su vida había tenido que hacer algo tan ordinario como cargar bolsas?
Pero Ángeles, sin decir palabra, soltó lo que llevaba y siguió caminando al frente del grupo. Los demás también iban adelantándose, y Oscar, haciendo una mueca de resignación, no tuvo más remedio que recoger las dos pesadas bolsas de suministros y seguirlos.
Sin duda pesaban más de lo que aparentaban.
Al principio, Oscar pensó en devolverle las bolsas a Ángeles, pero al ver que ella, con sus brazos delgados, ya las había cargado durante buena parte del camino, decidió no hacerlo. Tal vez por caballerosidad o quizás por alguna otra razón, el caso es que siguió llevándolas él mismo.
Mientras giraba para retomar el sendero, Oscar escuchó un leve crujido en la maleza. Mi
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