Capítulo 125
Si Oscar se enterara de que sus verdaderos padres y su hermano biológico eran ese tipo de personas, ¿también la miraría con decepción y desprecio...?
Justo en ese momento, se escucharon las voces de sus amigas desde afuera:
—¡Paula, ¿ya estás lista? El señor Oscar ha llegado. Lo vi en el ascensor del segundo piso, ¡está viniendo hacia acá!
Paula apretó los puños y respondió: —¡Ya salgo!
Si se escuchaba con atención, era posible percibir un leve rastro de nerviosismo en su voz.
Rubén volvió a levantar un número con sus dedos: —Querida hermana, cinco millones de dólares para cortar la relación es una oferta bastante razonable, ¿no crees?
—¡Dame tu número de cuenta! —respondió Paula mientras realizaba la transferencia, acompañando sus palabras con una amenaza llena de furia—. Más te vale cumplir tu palabra, porque si no, ¡te juro que te haré pedazos!
Los cinco millones de dólares llegaron a la cuenta sin ningún problema.
¡Tan fácil fue que Rubén ni siquiera lo podía creer!
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