Capítulo 124
Por supuesto, aunque lo hubiera escuchado, ¿y qué?
No importaba.
Ángeles preguntó: —¿Necesitas algo?
Su expresión era fría, su actitud distante, y toda su presencia emanaba una especie de indiferencia que mantenía a cualquiera a kilómetros de distancia. ¿Cómo no iba a notarlo Abelardo?
En ese momento, Abelardo, algo incómodo, intentó explicar: —Últimamente he estado ocupado con cosas en casa, por eso no he venido a verte...
Ocupado, sí que estaba ocupado.
Ocupado con los asuntos del trabajo, ocupado cuidando a Paula, que estaba hospitalizada, tan ocupado que nadie parecía recordar a alguien como ella.
—Ajá. ¿Hay algo más?
Ángeles echó un vistazo hacia atrás antes de decir: —Me tengo que ir. Si no me apuro, la tienda donde quiero comprar cerrará.
—Ángeles...
Abelardo la llamó mientras ella ya había avanzado unos pasos. Se frotó las sienes y añadió: —Mañana es fin de semana. Es hora de que vuelvas a casa.
Desde la fiesta de compromiso hasta ahora, casi dos meses des
Haga clic para copiar el enlace
Descarga la aplicación Webfic para desbloquear contenido aún más emocionante
Encienda la cámara del teléfono para escanear directamente, o copie el enlace y ábralo en su navegador móvil
Encienda la cámara del teléfono para escanear directamente, o copie el enlace y ábralo en su navegador móvil