Capítulo 325

Álvaro regresó de correr por la mañana, con el sol a su espalda, vestido en un traje deportivo gris que irradiaba vida y energía, como si emanara feromonas tras ejercitarse, captando todas las miradas. —Patri, ¿te has levantado tan temprano? Mientras hablaba, Álvaro se acercó a Patricia, quien se veía distante, vestida con una camisa de satén blanco y una falda de mezclilla larga que destacaba su cintura, proyectando una presencia suave y serena, como una flor delicada cuya fragancia es placentera e irresistible. Patricia lo miró, pero no pronunció palabra alguna. Álvaro, empapado de sudor tras el ejercicio, mencionó: —La sirvienta ya preparó el desayuno, voy a ducharme, ¿por qué no empiezas a comer? Patricia no tenía intención de esperarlo. No compartían precisamente un matrimonio lleno de amor y armonía; había cosas que ella prefería evitar, enfrentar y mucho menos compartir una comida con él... Eso simplemente no era algo que pudieran hacer en ese momento. Cuando Álvaro subió las es