Capítulo 63 ¡Que se callen todos!
Yolanda y Simón nunca se habían llevado bien. Ella, además, era algo rencorosa, así que le resultaba bastante normal atacarlo y difamarlo con cualquier tipo de palabra venenosa.
Sin embargo, la firma al final de esa carta de renuncia era, efectivamente, de Simón.
Eso fue lo que Sara en realidad no logró comprender del todo.
Y como no lo entendía, decidió preguntar directamente.
Sara lo miró con una expresión de severidad y le preguntó con voz ruda: —¿La carta de renuncia la escribiste tú?
Antes de que Simón pudiera responder, Yolanda se apresuró a intervenir.
—Por supuesto que la escribió él. ¿Quién más que él podría saber cuán despreciable y sucia es su maldita alma?
Jefa Sara, yo leí la carta de renuncia que escribió este vulgar Simón. Y después de leerla con atención, sentí una indignación total. ¡No lo podía tolerar!
¿Cómo es posible que tengamos a una persona como está dentro del Grupo Pionero? ¡Alguien tan malvado no merece estar entre nosotros!
Así que, por favor, apruebe cuanto

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