Capítulo 467
—Alberto, escúchame con atención.— Ana aún quería defenderse.
Alberto la miró en absoluto silencio, —Ana, ahora no quiero escuchar nada, solo quiero saber dónde está aquella joya.
Dicho esto, Alberto solo dibujó una sonrisa siniestra con sus delgados labios, —Ana, ¿no me estarás engañando, verdad?
Ana de repente se quedó rígida, —¿Engañarte con qué?
—Aquella muchachita que me salvó en ese tiempo no eras tú, era otra persona, ¿has estado engañándome todo este tiempo, asumiendo una identidad falsa?
Ahora Alberto la observaba con una mirada profunda y desdeñosa, ese tipo de escrutinio tranquilo y superior hacía que Ana sintiera un intenso hormigueo en su cuerpo, Alberto nunca la había mirado de esa manera.
¿Habría descubierto algo?
¿Descubrió que ella lo engañaba?
En el apuesto Alberto no había rastro alguno de emoción, esto hacía que Ana se sintiera aún más inquieta, ella no tenía idea de cuánto sabía Alberto.
Ana no podría confesar, porque eso comprometería toda su gloria y riqueza, —Al

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