Capítulo 417
Héctor no tuvo ninguna reacción, no habló.
Camila lo miraba; él acababa de bañarse, su cabello corto y arreglado aún estaba mojado, vestía una camiseta negra y pantalones negros, lo que le daba un toque más juvenil y apuesto.
La comida que había preparado era deliciosa, su habilidad culinaria se había perfeccionado desde pequeño, y es que un hombre que sabe cocinar tiene un encanto especial.
Cuanto más lo miraba Camila, más le gustaba, y dijo: —Héctor, ¿por qué no me prestas atención? Si sigues ignorándome, te haré cosquillas.
Entonces, Camila levantó la mano para hacerle cosquillas.
Sus suaves manos tocaron su definido torso, causando una sensación de hormigueo, Héctor, con una mano, agarró sus dos muñecas erráticas y las empujó con fuerza, aprisionándola contra la pared: —¿Qué estás haciendo? Compórtate.
Camila luchaba por retirar sus manos. —¿Por qué eres tan brusco?
Héctor no soltó sus manos.
Camila se puso de puntillas, se acercó a sus labios y le dio un beso.
Héctor se quedó para

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