Capítulo 380
Qyra sonrió y acarició la cabeza de Fernanda. —Héctor te adora; te ha inscrito en los mejores colegios secundarios. No soporta la idea de que sigas soltera y lo acompañes siempre.
Fernanda soltó una risita.
En ese momento, entró Camila.
—¡Camila! —exclamó Fernanda con alegría.
—Camila, ¿has obtenido los resultados del análisis? —se levantó Qyra.
Camila, con los ojos enrojecidos, asintió. —Sí, los he obtenido.
—Camila, ¿qué le pasa a mi mamá, está enferma? —preguntó Fernanda, ansiosa.
Camila miró hacia la cama donde yacía Juliana, sin decir palabra.
Viendo que algo no iba bien, Qyra rápidamente dijo: —Fernanda, salgamos un momento; tengo algo que decirte.
—Está bien. —Fernanda no sospechó nada.
Qyra llevó a Fernanda hacia afuera. Ahora en la habitación solo quedaban Camila y Juliana.
Camila se sentó al borde de la cama, mirando a Juliana.
Juliana llevaba ropa muy limpia, aunque algo vieja y descolorida, pero estaba ordenada; su cabello blanco estaba recogido y su expresión siempre seren

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