Capítulo 376
Alarico apretó los puños y encaró a Camila con severidad, —¿Estás encantada por Héctor, verdad?
—Eso no es asunto tuyo, —respondió ella, desviando la mirada.
Con las manos en la cintura y una sonrisa irónica, Alarico anunció, —Está bien, entonces lo mío tampoco es asunto tuyo. En este mismo instante voy a buscar a Héctor.
Dicho esto, se dio la vuelta y comenzó a caminar en dirección a Héctor.
El rostro de Camila cambió de inmediato. Se apresuró y extendió la mano para detenerlo, —Alarico, ¿qué crees que estás haciendo? Este es un lugar de trabajo, ¿qué derecho tienes de causar problemas aquí?
En ese momento, el capataz del sitio corrió hacia ellos, jadeante y haciendo reverencias, —Señor Alarico, ¿qué lo trae por aquí? Aquí está todo sucio y desordenado. Tenga cuidado con su ropa, ¿ha venido a inspeccionar el sitio hoy?
Camila, atónita, no pudo responder.
Con una sonrisa pícara, Alarico aclaró, —Cierto, olvidé mencionártelo. Este es un complejo en construcción pertenece a mi familia. T

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