Capítulo 291
¡Pum!
En medio de su sueño, Alberto rodó de la cama y despertó de golpe.
No podía creer que lo hubieran pateado fuera de la cama. Miró a Camila, serio y molesto. —¡Sofía, ¿qué estás haciendo?
Camila, con las manos en las caderas, le respondió: —Primo, ya te divorciaste de Raquelita. ¿Quién te dio permiso para dormir abrazado con ella?
Alberto, aún medio dormido, tenía el rostro serio, pero las palabras de Camila lo dejaron inmóvil por un momento.
¿Acaso había dormido abrazado a Raquel?
—¡Hace un momento tenías la mano sobre el hombro de Raquelita, la abrazaste con tanta fuerza! ¡No lo voy a permitir! Si quieres abrazar a alguien, ¡mejor ve y duerme con Ana! ¡A partir de ahora, otros hombres serán los que duerman abrazando a Raquelita!
¡Otros hombres abrazando a Raquelita!
Alberto contuvo la respiración y, con tono autoritario, gritó:—¡Cállate!
El ruido había despertado a Raquel. Ella se incorporó, frotándose los ojos somnolientos. —Camila, presidente Alberto, ¿ya están

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