Capítulo 268
Raquel se sentó recta en su silla y dijo: —Vuelve a revisar la página 4008 del volumen 10 de El Tratado de las Medicinas Naturales, acabas de cometer un error.
Luego, con tono serio, Raquel agregó: —Nosotros, los que estudiamos medicina, debemos ser meticulosos, un pequeño error puede afectar la vida de una persona.
En ese momento, el señor Rodrigo estaba de pie, mientras Raquel permanecía sentada. Aunque él era más alto que ella, Raquel mantenía su espalda erguida con gracia. Sus ojos, inteligentes y penetrantes, miraban al señor Rodrigo con una expresión de corrección, como si lo estuviera regañando, tal como lo haría una profesora con su alumno.
El señor Rodrigo se quedó sin palabras.
¿Ella se atrevía a darle clases?
¿Se creía su profesora?
Él solo tenía un maestro: ¡El Invencible!
El señor Rodrigo pensó que el mundo se había vuelto completamente loco. Quiso reprender a Raquel, pero antes de que pudiera decir algo, ella habló primero: —Está bien, Rodrigo, puedes irte.

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