Capítulo 257
El cuerpito delicado de Raquel comenzó a deslizarse hacia el suelo, pero afortunadamente los brazos de Alberto la rodearon por la cintura, sosteniéndola.
Estaba a punto de derretirse en ese beso abrasador de él.
Alberto extendió la mano para desabrocharle el vestido, y con voz ronca le preguntó: —¿Tienes condones aquí?
Raquel negó con la cabeza; no tenía.
—Voy a hacer que mi secretaria los traiga.—Él iba a tomar su celular para llamarla.
Raquel lo detuvo rápidamente. Él pensaba que era algo completamente normal pedirle a su secretaria que trajera los condones, pero ella sentía que después nunca podría mirar a esa mujer a la cara.
—No...
Los labios finos de Alberto cayeron sobre su cuello rosado, descendiendo hacia su pecho.—¿No qué?
Su cabello corto le rozaba la piel, haciéndole cosquillas y dolor al mismo tiempo. Raquel, con ambas manos, metió los dedos en su cabello y lo empujó hacia afuera. —Alberto, mejor no.
Su mente estaba completamente confundida; no había pla

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