Capítulo 228
Él no respondió, ni dijo cuál prefería. Simplemente tomó una botella de vino y la vació de un solo trago.
Nahia estaba furiosa. Esa pequeña encantadora no sabía de dónde había salido, pero en cuanto apareció, todos la olvidaron a ella, como si se hubiera convertido en aire.
Había estado tanto tiempo siendo una gran estrella, acostumbrada a que la rodearan y la adoraran, y ahora esa pequeña encantadora parecía haberla regresado a su estado original.
A Nahia no le gustaba nada esa sensación.
Rápidamente se sentó nuevamente al lado de Alberto. —Presidente Alberto, yo...
Antes de que pudiera terminar, Alberto dejó la botella vacía sobre la mesa y se levantó, marchándose.
Se fue.
La dejó sola allí.
—¿Por qué se fue el Presidente Alberto? Señor Carlos, quiero agregar a esa pequeña encantadora en WhatsApp.
—Ya basta, no la agregues. Esa pequeña encantadora ya fue vista por el Presidente Alberto.
—¿Cómo lo sabes?
—¿No viste los pantalones del Presidente Alberto? Era tan ev

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