Capítulo 58
Antonio fingió estar muy feliz mientras se acercaba a Fernando.
Sin embargo, en su mirada asomaba una chispa de dureza.
Ayer, Fernando le había dado una patada y dos bofetadas.
Esa venganza la tenía bien guardada en su corazón.
No podía contárselo a su familia, tenía que solucionarlo por su cuenta.
¡Solo así se calmaría!
Por eso, hoy había decidido hacerle una faena a Fernando.
Afortunadamente, finalmente vio a Fernando tan derrotado.
¡Qué placer!
—¿Qué clase de coche es este? ¿No ves que hay tanta gente aquí?
—Este lugar está cerca de la escuela, ¿no podían conducir más despacio?
—¡Es una vergüenza, está todo mi uniforme mojado! ¿Cómo voy a cambiarme?
De repente, los estudiantes afectados por la situación comenzaron a reprocharle.
Estaban llenos de ira hacia Antonio.
Pero él los ignoró por completo, como si no los oyera.
Para él, no había razón para hablar con gente como ellos.
Un montón de personas de clase baja, que solo servían para ser arrastradas e
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