Capítulo 32
—Lo siento, no quería que vieran este espectáculo.
De repente, Carmen levantó la cabeza, sus labios se curvaron mostrando una sonrisa frágil.
Sergio la miró con compasión: —Carmi, ¿cómo puede él tratarte así?
Carmen sacudió lentamente la cabeza, sin saber cómo explicar, ni queriendo hacerlo, ya que estaba demasiado cansada para hablar más.
—Sergio, me voy a casa.
Justo cuando se dio la vuelta, la voz de Alberto sonó detrás de ella.
—Te acompaño.
Ella miró hacia atrás, desconcertada.
Alberto habló suavemente: —Viendo cómo actúa, es muy probable que te esté esperando en la puerta de la villa. Mi carro está aparcado dentro, podemos salir por la puerta trasera.
Con el temperamento de Javier, era muy posible que estuviera esperándola en la entrada principal.
Javier, al verla, usaría la fuerza para arrastrarla al carro y no la dejaría en paz.
Carmen ya no tenía fuerzas para seguir lidiando con él, y tras pensarlo, aceptó la amabilidad de Alberto: —Gracias, te lo agradezco.
Pensó que el carr

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