Capítulo 103
Belén, temiendo que él tuviera frío, buscó en el armario una prenda gruesa para cubrirlo.
Después, serena, se encaminó a la cocina para preparar algo de comer.
Belén nunca había usado ese tipo de cocina, aunque aprendió observando anteriormente a Vicente.
Cuando el fuego se intensificó, el humo hizo que las lágrimas brotaran de sus ojos, pero finalmente, el fuego cobró fuerza.
Usando los ingredientes disponibles, Belén preparó una sencilla sopa de arroz y, al llevarla a la habitación, encontró a Vicente sentado en la cama, absorto en un libro.
Con el rostro cubierto de ceniza negra y con aspecto de mendiga, entró llevando un cuenco de sopa de arroz.
—Vicente, ya está listo. Prueba un poco…
A las siete y media de la noche,
Cipriano, acercándose al oído de Oscar, susurró: —Se ha confirmado desde Casa Bosque, la señorita Belén no ha regresado.
Oscar, con un gesto de la mano, mostró una mirada profunda y enigmática.
Cipriano se alejó, contemplando la copa sobre la mesa del bar. Si seguía b
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