Capítulo 102
Al bajarse del taxi, el móvil de Belén empezó a vibrar en su bolso. Al ver el número que aparecía en la pantalla, frunció el ceño, preocupada, presintiendo que responder a esa llamada no auguraba nada bueno.
Decidió esperar a que la llamada terminara por sí sola y, fingiendo indiferencia, siguió a Vicente hacia el vestíbulo.
El segundo teléfono comenzó a sonar.
Vicente preguntó: —¿No vas a contestar?
Con una mirada ansiosa, Belén respondió: —Es mi hermano, seguro que está presionándome para que regrese. No quiero volver.
Vicente le dio unas palmaditas en la cabeza y dijo: —Contesta, es tu hermano y se preocupa por ti.
Belén mordió su labio y asintió con la cabeza, diciendo: —Sí.
Oscar, al notar que no habían respondido sus dos llamadas, frunció el ceño, empujó la puerta de su oficina, dejó su móvil a un lado y, abriendo un archivo, dijo: —Cipriano.
Cipriano respondió: —Presidente Oscar.
Oscar revisó el documento y firmó al final: —Ve a Raíces Saludables y trae a la gente de vuelta.
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