Capítulo 54

Yo estaba más cerca de la puerta, así que fui la primera en correr hacia allá, preguntando con un rostro lleno de ansiedad. Pronto, Rafael y los demás también se agruparon: —¿Cómo está mi madre? —Tranquilícense, la paciente ya ha sido estabilizada. Sin embargo, su estado sigue siendo muy débil y necesitará continuar hospitalizada para más observación —explicó el doctor. Al oír esto, Rafael no pudo más que soltar un largo suspiro de alivio: —Gracias, doctor. Al ver que el médico se alejaba, finalmente pude relajarme. Por suerte, Elena estaba fuera de peligro. —Yo sabía que la tía Elena tendría suerte y que estaría bien —Sergio sonrió, volteando la cabeza para mirarme justo a los ojos. Asentí con la cabeza: —Sí. En ese momento, Eduardo también llegó, intercambió unas palabras de cortesía con Rafael y los demás, antes de mencionar que necesitaba hablar con Sergio y llevárselo a la oficina. —Espera aquí, luego te llevo de regreso —me dijo Sergio en voz baja después de mirar a Rafael y los