Capítulo 28 Elogios bien merecidos
En la madrugada, Noelia recibió el aviso de gravedad del hospital.
Nuevo, y todavía cálido al tacto cuando fue entregado, el papel emanaba un sutil olor a tinta, pero tristemente parecía pesar una tonelada.
Con solo unas pocas líneas, se dictó de manera indirecta el camino hacia la muerte de una vida.
No había opción: había sido Maite quien infringió las reglas del hospital, escapándose y sufriendo ese nefasto accidente de tráfico; el hospital no tenía culpa.
Nadie pudo anticipar este terrible resultado.
Fue la enfermera quien notó la ausencia de Maite, contactó a la familia de inmediato, revisó las cámaras de seguridad y notificó a la policía.
Sin embargo, todos los gastos hospitalarios de Maite estaban a cargo de la familia Cordero, dejando el teléfono de la casa Cordero en el registro de contactos familiares.
Nadie contestó el teléfono.
Cuando por fin la policía encontró a Maite, ya era demasiado tarde.
El hecho de que pudiera ser reanimada y recuperar la concienci
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