Capítulo 285
Al oler la comida, a Sabrina, que ya tenía hambre, se le abrió el apetito. Se sentó y vio que Sebastian se sentaba frente a ella.
Sabrina se quedó sin palabras. ¿Iba a comer con ella? No le importaba. Se sintió obligada.
“¿Por qué te sientas? ¡Sírveme un poco de estofado!”, ordenó Sebastian, con una expresión inmutable.
“Ah”. Sabrina se levantó obedientemente.
Él la miraba sin emociones, haciéndola sentir ansiosa. Su mano temblaba mientras servía el estofado, haciendo que salpicara en la mesa.
Sebastian le arrebató el cucharón. “¡Ni siquiera puedes hacer algo tan simple como esto, y sin embargo piensas constantemente en hacerle compañía a otros hombres!”.
Sabrina se quedó sin palabras. Una oleada de agravios inundó su corazón. ¡Fue él mismo quien le dijo que ella necesitaba devolverle diez millones de dólares! ¡Y ella tenía que pagarlos por sí misma! ¿Y ahora la culpaba? Sus lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos, pero Sabrina no quería que Sebastian la viera llorar. Bajó la ca
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