Capítulo 57
Como era de esperar, una mentira necesita incontables mentiras para cubrirla. Sin embargo, ahora explicarlo sería complicado; mejor lo dejo para la fiesta y entonces se lo diré.
—Libérate de todas esas ideas en tu mente. Cualquier duda que tengas, la resolveré en esa fiesta —dijo Oscar en voz baja.
Belén asintió obediente, aunque estaba llena de preguntas, optó por no expresarlas.
Dado que Doña Carmen había dejado la villa, Belén ya no necesitaba compartir habitación con Oscar. Ella propuso mudarse a la habitación de invitados. Oscar la miró profundamente, pero no añadió más.
Belén empacó sus cosas rápidamente y se trasladó a la habitación de invitados.
Pensó que sin Oscar a su lado dormiría plácidamente, pero se encontró incapaz de conciliar el sueño, dando vueltas en la cama hasta que finalmente cayó dormida cerca del amanecer.
Cuando Belén despertó, ya pasaban de las nueve de la mañana. Tocó su móvil en la mesita de noche y, al verlo, recuperó completamente la conciencia. Se levantó
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