Capítulo 48
Terminó la cena.
David salió luciendo bastante sobrio.
Sus ojos estaban oscuros y brillantes, sus pasos eran firmes.
Pero cuando les entregó la tarjeta de la habitación para que pagaran la cuenta, supieron... Que el gerente David ya estaba ebrio.
Sofía no estaba tan borracha como la noche anterior. Dio unos pequeños pasos hasta colocarse con delicadeza a su lado, le tiró del brazo y dijo: —¿Quieres ir a mi casa? Sabes tengo ese licor que te gusta.
—No voy.
David la rechazó con frialdad.
En el pasillo, una parte de la alfombra no estaba bien nivelada, y al pasar por ahí, David justo tropezó. Antes de que Viviana y Samuel, que iban detrás, pudieran reaccionar, Sofía ya había corrido apresurada al frente con los brazos abiertos, lista para recibirlo...
Pero justo en ese instante crítico, David extendió el brazo hacia atrás.
Viviana sintió que todo su cuerpo salía volando a gran velocidad cuando él la jaló de golpe. Acabó lanzada de frente hacia Sofía... Casi se besaron.
Viviana quedó al i

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