Capítulo 41
¿Eh?
Leticia quedó desconcertada por un momento.
Casi de forma instintiva, dijo: —Te invito a cenar.
Era lo más común para agradecer a alguien.
Ignacio respondió: —No es un gesto sincero.
Leticia se quedó sin palabras.
—Entonces, ¿qué tal si te compro un regalo? —dijo ella, algo titubeante.
Ignacio asintió con la cabeza: —Guárdalo para después, y cuando puedas, me compras uno grande.
—Está bien —respondió Leticia, sin pensarlo demasiado.
—La persona está en la sala de recepción número uno, puedes ir. —Ignacio lo dijo con tono indiferente.
—De acuerdo —Leticia salió de la oficina, cerró la puerta y se dirigió hacia la sala de recepción número uno.
Al abrir la puerta, vio a una mujer sentada en el sofá.
Ella la saludó de manera amable: —Hola.
La mujer se levantó de inmediato: —¿Eres la Abogada Leticia?
Leticia sonrió y entró, cerrando la puerta tras ella: —Sí.
Tomó dos botellas de agua y le ofreció una a la mujer: —Sentémonos a hablar.
—Está bien, gracias —dijo la mujer, sentándose.
—Mir
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