Capítulo 40

Él buscó el número de teléfono de Alejandro y, justo cuando estaba a punto de llamarlo, su orgullo le impidió hacerlo; le daba vergüenza preguntar. Pensó y pensó, pero no conseguía encontrar una manera adecuada de iniciar la conversación. Estaba algo molesto. ¿Realmente Leticia quería estar con Diego? Rápidamente desechó esa idea. Diego no era el tipo de persona que le gustara a Leticia. Se convenció a sí mismo y, finalmente, se acostó a dormir. Alejandro seguía esperando una respuesta de Héctor. Pero Héctor nunca contestó. Miró la pantalla de su celular y sacudió la cabeza: —Vaya, ojalá no te arrepientas de esto más adelante, ojalá sigas tan firme como hoy. Él había sido testigo de los siete años de relación entre Leticia y Héctor. Cuando Leticia amaba profundamente a Héctor, él también la amaba. Lo de María era solo una relación ambigua, no se podía considerar amor. Alejandro, como observador externo, lo veía todo con claridad. Sabía que Héctor era muy orgulloso. Pero él no sabía cóm