Capítulo 24
Al escuchar esa voz, Marta levantó la cabeza y corrió hacia Héctor, aferrándose a su brazo con una expresión desesperada: —¡Héctor, Leti no está realmente enojada contigo, ella solo...
—Señora Marta, ya me he divorciado de su hija, —interrumpió Héctor, apartando la mano de Marta con desdén y mirando fríamente a Leticia.
El rostro de Marta palideció al instante.
Laura, sin poder creerlo, se iluminó de alegría: —¿De verdad? ¿Te has divorciado de Leticia?
Héctor, con voz fría, respondió: —Sí, ya está.
Mientras hablaba, su mirada seguía fija en Leticia.
En ese momento, Leticia también lo miraba.
Sus ojos se cruzaron, un torrente de emociones se apoderó de ellos. Siete años de amor parecían, en ese instante, tan baratos, tan poco dignos de mención.
Laura sonrió con desdén y miró a Marta: —¿Escuchaste? Tu hija y mi hijo ya se divorciaron. No vengas más a molestarlo.
Los ojos de Marta temblaron, y miró a Héctor: —Le pido disculpas a nombre de Leti.
Héctor soltó una risa fría: —Ni siquiera si
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