Capítulo 94
—Fui yo quien no aprobó el compromiso de Tomás con esa mujer. No pienses en buscarle problemas a Tomás.
La actitud protectora de doña Isabel dejó a Luis sin palabras. No tuvo más remedio que esperar a que Tomás regresara para abordar el asunto.
—Ya sé que usted siempre lo consiente. No diré nada más, ¿de acuerdo? —dijo Luis con evidente impaciencia. Luego añadió: —He arreglado un auto para que la lleve de vuelta.
—¿Acaso crees que puedes enviarme de regreso a La casa de los López tan pronto como llegué? No te importa si afuera dicen que eres un mal hijo. —Doña Isabel lo miró con disgusto antes de levantarse de su asiento: —Ya he decidido quedarme en tu casa por un tiempo. Solamente cuando yo lo considere oportuno, regresaré.
Luis se quedó atónito. Aunque quiso oponerse, el contacto con la mirada firme de doña Isabel lo obligó a callar.
Por instinto, pensó que Ana había sido quien la convenció de quedarse. La fulminó con una mirada de reproche antes de marcharse, visiblemente
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