Capítulo 83

—Después de tanto preparativo y con todos los invitados ya aquí, ¿ahora sales con que quieres cancelar?— Luis, furioso hasta el punto de que su presión arterial subió, gritaba al teléfono: —¿No tienes dignidad? Yo sí la tengo, no me importa por qué no regresas al compromiso, pero debes considerar las consecuencias. Carmen es la esposa que he elegido para mi hijo, y aunque no estés de acuerdo, el matrimonio con ella no cambiará. Ana miraba a Luis conmocionada; sabía de la preferencia de este hombre por Laura y su hija, pero nunca imaginó que él llegaría a coaccionar a su propio hijo único. —Ya es suficiente, Luis. —Ana, con el rostro lleno de decepción, recuperó su celular y colgó el teléfono de inmediato, levantando la vista hacia Luis: —Si realmente quieres cuidar de ellas, puedo hacerles espacio, nos divorciamos, y no sacrifiques la felicidad de los niños por tu egoísmo. Tanto Rocío como Tomás, Ana los había tratado como a sus propios hijos durante más de una década. ¿Qué madre podrí