Capítulo 44

Rocío se giró para abrir la puerta y al volver la cabeza vio que José seguía parado en el mismo lugar. Su cara se fundía con la oscuridad de la noche, haciéndolo indistinguible. —¿José? José volvió en sí de repente al oír su nombre y, al ver que Rocío lo estaba mirando, se apresuró a controlar su expresión y caminó hacia ella. Rocío no notó nada extraño en él y entró al patio seguida por José. Entraron a la casa uno detrás del otro. —Toma asiento en el sofá, voy a prepararte algo de comer,— dijo Rocío, señalando casualmente el sofá a un lado. Dejó su bolso y se dirigió directamente a la cocina. José se sentó en el sofá, observando los alrededores. El espacio interior no era grande, pero,estaba decorado con calidez. Había varios cojines en el sofá y un osito de peluche. Desde su posición, José podía ver a Rocío ocupada en la cocina al levantar la vista. Se levantó y se acercó a la puerta de la cocina, apoyándose en el marco con los brazos cruzados mientras la obser