Capítulo 32
—¡Has llegado!
Después de recibir la llamada, Esther supo que Tomás vendría, así que fue a pedir la llave al casero y también se apresuró a llegar.
Tomás, con la voz temblorosa, la miró y dijo: —¿Cuál es su estudio? Llévame a verlo.
Esther se quedó paralizada por un momento, observó con atención la cara de Tomás y preguntó con cautela: —Tomás, te ves muy mal. ¿Estás bien?
Lo del accidente de Rocío no se lo habían mencionado antes a Esther, y ella tampoco sabía qué había pasado últimamente entre Tomás y Rocío. Solo había pensado que Tomás estaba a punto de casarse, que Rocío había renunciado a esa relación y que simplemente su vínculo había cambiado.
Pero, al ver ahora la cara de Tomás y recordar que no habían podido contactar a Rocío, comenzó a sentir un poco que había ocurrido algo que ella desconocía.
Justo cuando iba a preguntarle a Tomás, su mirada bajó y vio el celular rosado que él sostenía en la palma de su mano desde hacía rato.
La cara de Esther cambió de expre
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