Capítulo 230
Ahora, nadie se adelanta a ayudarlas. Si realmente enfurecen a doña Isabel, es posible que, sin tener en cuenta la oposición de Luis, las expulse de la casa, lo que agravaría aún más sus pérdidas.
Carmen no puede tolerar este agravio, pero considerando los intereses en juego, decidió contenerse.
La mirada de doña Isabel recorre sus rostros y adviertió con voz fría: —Si te atreves a seguir causando problemas, toma a tu hija y lárgate de aquí, o ya sabrás de qué soy capaz dada mi naturaleza y métodos.
Tras estas palabras, doña Isabel resopló fríamente y abandonó el salón.
Durante todo este tiempo, Luis no hizo presencia.
Incluso Carmen, desde arriba, escuchó sus voces en discusión; es imposible que Luis no las oyera.
A menos que haya decidido no intervenir.
Ambas lo sospechabn, y se sintieron muy afectadas.
—Mamá, ¿qué sucedió exactamente arriba hace un momento? ¿Por qué se alteró de repente? Don Luis siempre la ha protegido a usted, pero esta noche... —Carmen está angustiada y, temiendo

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