Capítulo 208
José también miró a Tomás con bastante sorpresa, levantando una ceja y dejando entrever una ligera burla en sus ojos.
—¿Qué hace aquí?
—Yo también quiero preguntarle por qué está aquí.— Tomás lo miró por encima de su hombro y, al ver a Rocío en la cama, bajó deliberadamente la voz. —Le envié un mensaje diciéndole que no tenía que venir al hospital, que yo me encargaría de ella.
—Ella es mi amiga. Si vengo o no, no es algo que le importe.— José respondió sin rodeos.
Tras decir esto, se apartó para dejarle espacio, dio media vuelta y regresó a su sitio.
Tomás observó su espalda, respiró hondo y, forzando una leve sonrisa, recuperó su expresión habitual y entró.
—Rocío, te he preparado el Porridge que tanto te gusta, pruébalo.
—José ya me compró el desayuno, tú come el Porridge.— respondió rápidamente.
Tomás echó un vistazo a la comida sobre la mesa, aún sin abrir, que claramente había sido comprada en una tienda de fuera. Viendo que José parecía haber llegado hacía poco, era evidente que

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