Capítulo 174
—No te apresures, primero recupérate tranquila. Si necesitas algo, puedes llamar a la enfermera o si lo deseas a Lucía. No vamos a dejar el hospital, así que pide lo que necesites.
Javier, al ver que Rocío estaba a punto de rechazar su ayuda, enseguida cambió de tema: —Es evidente que no eres una chica de un lugar pequeño como este; tal vez en casa no quieren que sufras. Pero eres joven y has decidido venir a enseñar aquí, eso muestra que tienes un gran corazón.
La sonrisa de Javier se tornó más sincera y admirativa: —Has venido aquí por esos niños, así que no rechaces nuestra ayuda. ¿Cómo podríamos no hacer algo por jóvenes como tú que ponen tanto corazón en lo que hacen?
Los ojos de Rocío se llenaron de lágrimas, y las palabras de rechazo se quedaron atrapadas en su garganta, incapaz siquiera de pronunciarlas.
—Descansa, me voy. —Dijo Javier, sin añadir más, y se giró para salir de la habitación.
...
Alejandro bajó las escaleras, pero no vio a Tomás en el lugar donde lo había dejado.

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