Capítulo 110
Por eso, despreció a otros hombres y decidió regresar con Luis.
Afortunadamente, ganó la apuesta, pues Luis siempre la había guardado en su corazón.
También fue una suerte que ella se hubiera cuidado tanto en su apariencia, volviéndose con los años aún más encantadora.
De lo contrario, aunque Luis la amará mucho, no sería igual ante un rostro muy envejecido.
Luis disfrutaba de su dependencia y ternura, e inmediatamente ordenó a los empleados de la casa que devolvieran todo a su lugar original.
Sin embargo, al llegar al cuarto de Carmen, los empleados enfrentaron una dificultad.
—Señor Luis, doña Isabel ordenó que la señorita Carmen no debe ocupar la habitación de la señorita Rocío. ¿Debemos aun así mover sus cosas de vuelta?
Luis vaciló, pensando en el cariño que doña Isabel tenía por Rocío y en su actitud respecto al matrimonio de Carmen y Tomás, y finalmente decidió no confrontar a Isabel en este asunto.
—Si ese es el deseo de doña Isabel, cumplámoslo. Muevan las cosas de la señorita

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