Capítulo 105
Laura no dijo nada, de repente comenzó a llorar.
Las lágrimas, transmitidas a través del auricular, llegaron a los oídos de Luis, quien se sintió profundamente angustiado.
Al pensar que su amada estaba siendo maltratada en su ausencia, una ira ardiente se encendió en su corazón.
Luis habló con voz suave para consolarla: —Laura, no llores primero, cualquier cosa que pase, estoy aquí para ayudarte. No tienes que temer, tú y Carmen pueden quedarse tranquilas, mientras yo esté aquí, nadie puede echarlas de la casa López.
Laura, vacilante, dijo: —Pero no quiero causarte problemas. Ya tienes suficientes preocupaciones con doña Isabel por mi culpa, y ahora Ana incluso ha mencionado el divorcio, enfadada. Si sigo metida en la casa de los López, me van a acusar de ser una desvergonzada que solo busca hombres.
—No me importa que me insulten, pero Carmen es joven, si la difaman, arruinarán su reputación. Y si por mi culpa tú y Ana tienen problemas, también me sentiré culpable.
—Laura... —la voz d

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